Algunas personas piensan que el metabolismo es un órgano, o parte del cuerpo que influye en la digestión. Realmente, el
metabolismo no es una parte del cuerpo; Es el proceso mediante el cual el
organismo convierte la comida en energía. El cuerpo usa esta energía para
realizar gran pate de funciones esenciales. De hecho, tu habilidad de leer esta
página es literalmente manejada por tu metabolismo.
Si tu no tuvieses metabolismo, es decir,
si no tuvieras proceso metabólico que estuviera convirtiendo alimentos en
energía, entonces ni siquiera podrías moverte. Además, mucho antes de que te
des cuenta que no puedes mover un dedo o
levantar un pie, sus procesos internos
habrían cesado, porque los elementos
básicos de la vida (circulación sanguínea, la transformación de oxigeno
en dióxido de carbono, eliminación de sustancias potencialmente letales a
través de los riñones y otros procesos), todos dependen del metabolismo.
También es interesante notar que
mientras nos referimos al proceso metabólico como si fuera una función única,
es realmente un término que se usa para las muchas funciones que están tomando
lugar dentro del cuerpo.
Cada segundo de cada minuto de cada día
de tu vida, aun, por supuesto, mientras duermes, numerosas conversiones
químicas están desarrollándose mediante el metabolismo o funcionamiento
metabólico. En cierto sentido el metabolismo ha sido referido como un proceso
armonizante que administra para lograr dos funciones criticas del organismo,
que de alguna manera parecen estar encontradas entre sí; Anabolismo y
Catabolismo. La primera función es crear células y tejidos. En cada movimiento,
nuestros cuerpos están creando más células para reemplazar células muertas. Por
ejemplo, si te cortas un dedo, tu cuerpo, (si está funcionando adecuadamente)
va a comenzar – sin siquiera perder un momento o pedir permiso- el proceso de crear células de la
piel para coagular la sangre e iniciar el proceso de curación. Este proceso de
creación es una respuesta metabólica y se llama Anabolismo.
Por otro lado, existe exactamente lo opuesto en otras partes del organismo; En
lugar de crearse células y tejidos mediante el metabolismo, el organismo está
quemando energía para que el cuerpo pueda
hacer lo que se supone que haga. Por ejemplo, cuando haces ejercicios
aeróbicos, la temperatura de tu cuerpo sube y los latidos del corazón aumentan
y se mantienen en cierto nivel. Mientras esto ocurre, tu cuerpo requiere más
oxigeno, y por esto tu respiración aumenta conforme inhalas mas oxigeno. Todo
esto como puedes imaginar, requiere energía adicional. Después de todo, si tu
cuerpo no se puede ajustar a este aumento de necesidad de oxigeno (ambas
actividades: expirándolo y desechándolo en la forma de dióxido de carbono), te
desplomarías.
Se supone por supuesto, si no estás
exagerando, que tu cuerpo va a comenzar a convertir los alimentos (por ejemplo
las calorías), en energía. Y, como ya sabes, a este proceso metabólico, se le
llama Catabolismo. Entonces, como puedes
apreciar, el metabolismo es un proceso constante que se encarga de dos
funciones aparentemente opuestas: Anabolismo que utiliza energía para crear
células, y Catabolismo que desintegra células para crear energía. De hecho, es
de esta forma que el metabolismo se gana la reputación de “armonizante”; conjuga estas dos
aparentemente opuestas funciones, y lo hace de una manera óptima que le permite
al organismo crear las células que necesita, según se necesiten, y a su vez,
desintegrar las que no necesiten.
Esto ha sido todo por el momento, hasta un
próximo artículo amigos.
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